La muestra “Raigales”, de nombre arcaizante, insólito y profundo, reúne en la Galería de Arte ADUPAO, hasta fines de noviembre, expresiones y propuestas de incuestionable valor .Estas piezas representan la conquista y el dominio de los más variados estilos, técnicas y logros de algunos de los nombres más relevantes de la escena plástica trujillana. Los intervinientes exhiben las muestras de su inventiva, como en un sableaje de pinceles sobre densos mantos de color, en una exposición que presenta no pocos puntos insulares luminosos. Esta exhibición reúne a individuos vinculados directamente con la Escuela de Bellas Artes de nuestra localidad. Forman parte de la lista de artistas exhibientes en la muestra, algunos docentes y ex docentes de la Escuela así como algunos de sus más notables egresados. Juntando, de este modo, y en un mismo espacio, la más abigarrada tradición regional contemporánea como la más profunda vanguardia sin distinciones de jerarquía y categoría habida cuenta de las dimensiones inabarcables que ello supondría aunque esas condiciones se evidencian inmediatamente, pese a lo diplomático del verbo, y así cada cuadro representa su importancia individual.
Raigales es una exposición plural, en todos los sentidos del término, diversa e inteligente aunque con algunos puntos de detracción como la no disponibilidad de acceso corriente del público universitario a la Galería así como el hecho de estar , su instalación ,rodeada de profesores en momentos de esparcimiento amodorrante a los que ni la contemplación del apocalipsis sacaría de su arrobo y al hecho de que no tenga la exposición un hilo conductor que enhebre las diferentes propuestas tan interesantes individualmente pero que en conjunto llevan al espectador común a una triple inversión de tiempo en aprehender que es lo que se está planteando ante ellos .
Es una exposición cuyo eje rector será incomprensible para quien no experimente la emoción de estar frente a frente a este conjunto de pinturas.
Es emocionante, desconcertante, provocador de iras y furores así como de pesados sarcasmos y una singular epifanía .En todo caso, esta exposición nos enseña y nos revela algunas entre las diversas sensibilidades que poseemos los seres humanos.
En uno de los sectores de la Galería, el más conservador, se exhiben tres cuadros de Pio Ángel – “Chichería “, “Chismosas” y “Calleja Serrana”; uno de Víctor Montenegro, “Huanchaco “y otro de Oswaldo Parimango ,”Fuerza Andina” .
Los colores depurados y recreados en un ejercicio técnico aparentemente exhaustivo confieren a este entorno una envoltura de Academia y de destreza conseguida con el seguro efecto del paso de los años .Es decir, se observan los rasgos típicos de todo creador consolidado en torno a lo que hace y a lo que puede hacer .Son ejercicios de equilibrio, repetidos una y otra vez con ligeras variaciones y que, por el lado positivo, acaban conformando el sello personal y particular de estos pintores.
- Pio Ángel .Típicas muestra de su estilo neo indigenista .Oficioso. Monótono pero ciertamente técnico y depurado .Exceptuó de este juicio al cuadro titulado “Calleja Serrana ”que muestra una perspectiva oscilante que invita a perderse en su trayecto y , a la vez , es cálidamente acogido por la vista.
- “Huanchaco “de Víctor Montenegro resalta por la perita ejecución que trastorna un ambiente típico, anodino y uno de los motivos más comercializados en el medio –un atardecer en Huanchaco, caballitos de totora, gente del pueblo – por el uso de esplendidos ramalazos de color como lances refulgentes a las brasas. Intensísimo color.
Inmediatamente, y frente a ellos, se exhibe otro cuadro de Parimango, “Fuerza Andina II”y uno de Francisco Castillo, “As de corazones”. Juntos, comparten un mismo muro y conforman un intenso duelo no pensado siquiera por los autores, y mucho menos por la galerista, en el cual se da un fenómeno muy particular. Afirmo, sin exagerar, que cualquiera que se asome a este lugar será prontamente atraído por el oscuro colorido de “Fuerza Andina II”y sentirá, tal cual sentí yo al inicio, una severa repulsa por “As de corazones “. Más si uno resiste o contempla detenidamente por más de un minuto el muro será testigo de una experiencia extraña.
En un inicio, el cuadro de Parimango resulta siendo muy atractivo para el gusto del espectador común pero al rato acaba perdiendo esa fortaleza e inclusive la vista se resiente de ese vaho de intenso colorido nebuloso sobre el cual reposan perdidas las figuras principales de su cuadro que parecen ser músicos poseídos por sus propios instrumentos lo que carga de una atmosfera insoportablemente tediosa al cuadro del autor en mención .En todo caso dígase que dije que la vista se resiente pese a haber sido atraída en un inicio. Y es en este punto donde la obra de Castillo cobra vida pese a la inicial repulsa y evidencia un fenómeno especial el cual puede ser descrito como la amplificación creciente del goce de la expectación en directa proporcionalidad al tiempo que se entregue en contemplar la muestra.
- “Fuerza Andina II”de Parimango. Vago tinte de vigilia y pesadilla. Surrealista, obviamente. Marasmos de colores fuertes, oscuros tendientes al violeta .Seis figuras sobre nubes de tiniebla o flotantes en nieblas cenagosas. La vista, inmediatamente, se ve atraída por el cuadro .Mediatamente, la vista se resiente .Las tres figuras de mayor tamaño parecen ser músicos apresados por sus propios instrumentos .Dan una sensación de opresión acomodaticia y consentida como esferas prisioneras de esferas de igual volumen .La opresión de estarse quieto uno dentro de sí .Conformismo.
- As de Corazones de Francisco Castillo. Al principio es inatrayente .La vista no se condice con tales deformaciones deformantes pero si el espectador tiene el gusto de contemplar el cuadro sin prejuicios obtendrá una experiencia creciente en gozo y perturbación.
La vista siente un rechazo inmediato por la deformación de la figura humana, imágenes contracturadas, disociadas, dislocadas.
Trazos vigorosos y fuertes con grandes emplastes de oleo. Típico gesto expresionista.
Es intrigante la nitidez, claridad y refulgencia en el cristal de las copas, la botella y las pupilas .Esta característica se contrapone a lo que el artista cree es natural, o que en todo caso se ve como si fuera natural.
Realidad fragmentada en los rincones y en las manos de los jugadores. Especie de fabula moral no motivada. ¿El vicio ha vuelto contrahechos a individuos sanos o estos individuos torcidos arrastran vicios inconfesables o desconocidos?
El artista, al parecer, se deja llevar por su impresión en prácticamente cada sector del cuadro excepto en las copas, la botella y las pupilas que dan la sensación de haberse reflexionado más y estos elementos de algún modo representan la única cuota de razón en un ambiente embebido hasta el último palmo de su espacio por desbordes de irracionalismo, nihilismo y ensalzamiento de las formas más grotescas que quizás subyacen bajo la piel de cada uno.
La distorsión de la figuras recuerda vagamente a Otto Dix.
Perturba directamente al orden de la percepción, la irrupción de un portal vítreo que atraviesa o subyace al jugador de amarillo y rojo y que figura la conjunción de una dimensión inexpugnable a la abierta complacencia de los jugadores.
- En un tercer muro, se exhiben dos obras de Nacalí. “Encantadora “y “Ofrenda “. En estos trabajos, resaltan pese al evidente estilo naif de la creadora, o quizás precisamente por ello, un uso cálido y sensual del color y un vago sincretismo de tradiciones múltiples. . Por otro lado, pretende reactualizar el misticismo desde una percepción moderna en el sentido de su original interpretación .Combina elementos tradicionales del folklore del norte del Perú con un imaginario que se ve influido por un cierto vestigio de gustos orientales.
A partir de aquí empieza lo que puede llamarse el “other side “de la exposición y probablemente el auténtico “other side “de la plástica trujillana de este momento, en tanto esta frase conlleve toda la significación del caso como en el célebre documental “The Other Side of Nashville “.
En un muro, de envergadura limitada, se aprecian desconcertantes y reducidas, en lo referido al formato, no así en lo que se refiera a su originalidad, dos pinturas de Manuel Miranda Parreño , “Especie” y “ Musas” y una muestra de Montenegro, “Ceremonia de luces “, igual de desconcertante tanto por el formato así como por la realización, dado que no nos tiene acostumbrados a exhibiciones de este género tan distinto al que suele practicar o dar a conocer y ,por tanto , es la presentación de otro Montenegro .
- Manuel Miranda Parreño: Imaginario particularísimo. Onírico y compulsivo. Vestigios surrealistas. Obsesividad al extremo que parece pintar con una paciencia imposible o con un pincel de telaraña. En todo caso, dígase que pinta con tanto detenimiento y pericia como la araña que lentamente va envolviendo, si esto es posible, una esquina del mundo de los sueños en su telaraña. Sutil. Revulsivo.
- En una columna, se exhibe un cuadro de Gulianna Holguín, “Orilla”, interesante trabajo depositario de elementos asimilados del arte pop inglés dentro de una visión muy particular de la mujer no como objeto de todas las miradas, ni como evidente objeto de deseo y de placer, ni sometida a las imposiciones de un entorno represivo sino como jueza y censora de sí misma ante los demás sin reparar en lo mundano. Sobresale el sentido de profundidad en las aguas que sirven de fondo a una mujer de figura estilizada que hace recordar vagamente a Modigliani en conjunción con el color a lo Hockney .Se me hace inolvidable el detalle de las elongadas piernas de la mujer de este cuadro.
En el último muro de esta Galería, se exhibe dos cuadros .Uno es de Gulianna Holguín y el otro es de Romina Reveco.
- El cuadro de Reveco, “Despedida de la Despedida” es un cuadro lírico y desesperado, de rasgo vertiginoso en un extremo y fotogénico en el otro extremo. Convulso, depresivo, simbolista. El gran logro de este cuadro es evidenciar un instante psicológico tendiente a lo profundo, a lo depresivo , al vacío .Angustiante.Pese a su objetividad descriptiva , el cuadro resulta siendo sumamente lírico al extremo que la realidad parece ser absorbida por una descompresión hacia la entrega absoluta a una ausencia, a una irrealidad , a un no ser que no puede sostenerse con las manos .Me refiero , al extremo de la azotea tres veces signada por cruces en vez de colgadores . La “Despedida de la despedida “ es la despedida a un mundo de cordura y ordinariez al que se quiere superar inútilmente ya que no tiene sentido ni valía para el sujeto que padece la existencia sin el goce del riesgo de perderse en un vórtice de pura imaginación .
- Finaliza la muestra un cuadro de Gulianna Holguín, “Money Time”.
La artista, en cuestión, presenta una singularidad tan portentosa y un poder de conmoción de tal naturaleza que sobre cualquier interpretación afirmare que todas las palabras empleadas sobrarán dado que representa una profundidad del ser tan honda que por ello mismo es inefable y cuyo riesgo al pretender profundizar en ella es la perdida segura del sentido. Pese a lo dicho, intentaremos interpretar algunos aspectos arriesgadamente vanguardistas de esta muestra que rompe todo parámetro que restrinja la capacidad metafísica del individuo siendo por tanto intransigente respecto a toda complacencia exigida por la dinámica de nuestro tiempo.
Estéticamente, presenta un contenido de una particularidad absoluta. Se ve sobre un fondo negro brillante, una especie de foco de energía conformado por monedas en una superficie que ve perturbada su calma al conformar , en apariencia , un estanque intermitentemente refulgente que subyuga y aprisiona a una persona de cuyo cuerpo sólo sobresalen unas piernas enfundadas en ropa formal y unos clásicos zapatos “de vestir”. Las siglas en dorado Money Time dotan de una apariencia distinguida a este cuadro. Es una impresión directa, pura, luminosa e intensa que emerge de la oscuridad del lienzo y deposita en el espectador la emoción de un secreto revelado o un misterio ,entendido como uno de esos sagrados misterios que enseña el catolicismo, que se vuelve plena evidencia en un instante , incluso en el plano racional .
Intelectualmente, evidencia un contenido consistente en ser una denuncia frontal respecto a lo que se intuye y se sabe está corrompido en este mundo, léase el sistema imperante casi absolutamente en el orbe.
Este cuadro, dotado de una atmosfera de poesía insurgente configura un estandarte de absoluto desprecio por la forma en que el sistema ha tornado la vida de los seres humanos expresando en un solo momento una triple denuncia que es directa, inteligente y poderosa.
La primera denuncia es contra un sistema económico que despersonaliza a los individuos privándoles de sus mejores facultades, sensibilidad, buen gusto, inteligencia. Sistema que priva a los individuos que se dejan arrastrar por la vorágine que se da en torno a ellos en tanto intenten subsistir en este medio sin más actitud que su tácito consentimiento en el oprobio que enmarca en sus vidas día a día la rutina, el procedimiento, la mera forma. Sistema que restringe toda posibilidad de desarrollo personal y toda posibilidad de trascendencia .Sistema donde más importantes que la personalidad en sí y los frutos del espíritu acaban siendo los estados financieros de cada persona puesta en evaluación. Sistema donde cada gesto trascendente tiene que mostrarse con el doble o triple de entereza que cualquiera emplearía para no participar en un atraco robo desfalco o figuras semejante.
La segunda denuncia es contra un sistema de pensamiento que por permeable y permisible en apariencia esconde el feroz retrato de la uniformidad de criterios pese a la falsa pluralidad y multiplicidad de los mismos. Es el abierto rechazo que siente el rebelde instintivo ante todo gesto de censura y corrección de un régimen o estado de cosas que pese a todo lo libertario que se supone a veces hace pensar en una tiranía solapada que se extiende globalmente.
La tercera denuncia, y he aquí una sutileza dentro del impacto del cuadro en cuestión, es un ataque frontal contestatario desde el Arte contra todo el fraude contemporáneo que se hace pasar por arte habida cuenta de las doctrinas estéticas en boga , las camarillas y argollas que no faltan , el mal gusto generalizado y ante el cual la mayoría de entendidos que son pocos prefieren guardar silencio y del cada vez más extendido gusto, o necesidad, de pintar prioritariamente lo que vende (Picasso decía artista es el que vende lo que pinta y no el que pinta lo que vende) esto es la comercialización , prácticamente en masa o con ligeras variaciones, al mero gusto de un cliente educado por el más antiestético sentido .
Es un manifiesto contra la perdida de todo aspecto trascendente en tanto se haga en recuento colectivo. Deja abierta la posibilidad a muestras individuales superiores, como creo yo es el cuadro que estamos interpretando si es que acaso el arte puede ser objeto de interpretación. En síntesis, para un pesimista, Money Time es la prueba más directa de que la especie está condenada a perderse en el sinsentido de la materialidad, el conformismo y la vulgaridad de nuestra época.
Para un optimista, representa una posibilidad remota y algo exagerada y pese a que no cree que la humanidad esté tan despersonalizada aceptará en sus fueros internos que ha sentido un pavor metafísico que no creyó poseer jamás. Los optimistas son un pésimo ejemplo .Ellos ingresaban al circo romano entonando calmas alabanzas aéreas o entonaban salmos y canticos hebreos en las cámaras de gas.
El hombre de espíritu que observe este cuadro no puede hacer nada más que seguir el sentido del llamamiento a la acción que propugna esta propuesta .Debe, por tanto, extraer mente y cuerpo de la ciénaga que circunda su existencia con el falso fulgor de la moneda. Debe dirigir su cabeza a las estrellas, asentando los pies sobre la tierra. Un espíritu purificado tras esta profunda inmersión en la verdad no puede hacer más que echarse a andar, al fin, con libertad.
Bernard Shaw, citado por Mariátegui en “Arte, Revolución y Decadencia”, escribió: “El arte no ha sido nunca grande, cuando no ha facilitado una iconografía para una religión viva, y nunca ha sido completamente despreciable, sino cuando ha imitado la iconografía, después de que la religión se había vuelto una superstición”. Mariátegui signaba que, en su tiempo, muchos artistas presuntamente “nuevos” habían tomado el último camino y añadía que la historia se reiría de tales desatinados. Esos desatinos están tan en boga hoy como en los tiempos del Amauta aunque ya no se les denuncie como en aquellos tiempos de gente más valiente.
La muestra “Money Time”, por otro lado, es participe directa del dictum inicial de Shaw en la cita referida en las líneas precedentes y así indica un camino nuevo en la plástica que suele exponerse en esta ciudad.
La reelaboración de la realidad en la psiquis de Holguín ha obtenido un símbolo, “Money Time “, que sintetiza toda una lúcida interpretación crítica de la realidad contemporánea y, probablemente, configure la más auténtica plasmación del ser de nuestro tiempo.
Para finalizar, debo agregar una intuición insoslayable.
La originalidad, belleza y poder de conmoción de la obra de Gulianna Holguín hacen de esta joven artista un ser absolutamente orientado a la grandeza.
Percy Vilchez Salvatierra
Trujillo Octubre 2011